miércoles, 1 de abril de 2009

Una representacion de la Cofradia Maria Desolada, en el Pregón de la Semana Santa de Jaen.

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Momentos iniciales del Pregón D.RAMON MOLINA NAVARRETE.


Representantes de la junta directiva de la Cofradia de Maria Desolada, en el Pregón.
RAMON, FELICIANO, EDUARDO, Y EL HERMANO MAYOR 2009 JOSE CUESTA.

D.RAMON MOLINA NAVARRETE, PREGONERO 2009 SEMANA SANTA JAEN.
FOTOS: peridico El Ideal de Jaen.

CRÓNICA del Periodico VIVA JAEN: “Jamás he puesto en un pregón tanto amor, tanta poesía, tanto corazón, tanto tiempo y tanta entrega”, decía el pregonero de la Semana Santa de Jaén, Ramón Molina Navarrete. El Teatro Infanta Leonor se llenó ayer de cofrades, que fieles a la tradición, acompañaron al escritor y poeta ubetense, que llenó de cariño el pregón, recibiendo como respuesta, numerosas interrupciones del público para aplaudir sus palabras. La Banda de Música Reina de la Amargura interpretó tres marchas: ‘Reina de la Amargura’, ‘Jesús del Perdón’ y ‘Nuestro Padre Jesús’, en una actuación en la que demostraron su veteranía musical. Seguidamente, el pregonero tomó la palabra. En su primera intervención, tratada en verso, hizo un canto de gratitud hacia todos los que le han demostrado su gentileza y lo eligieron para tan “enorgullecedor” acto social. Entre otros, al presidente de la Agrupación de Cofradías, José Mª Mariscal; y al obispo de la Diócesis, Ramón del Hoyo; entre otras autoridades religiosas, civiles, hermanos mayores y cofrades presentes. “Ha sido uno de los pregones más profundos”, dijo Mariscal. Ramón Molina reflexionó, críticamente, acerca del mundo cofradiero, con la intención de “mejorarlo desde el amor entre sus miembros, la entrega, el servicio, la caridad y, sobre todo, la coherencia”. El pregonero expresó lo que entiende como Cofradía y el papel de los hermanos que la constituyen, exponiendo que “es necesario que sean ejemplares en su comportamiento, se dejen de murmuraciones y recelos, den testimonio de caridad y esperanza, se posicionen a favor de la vida desde el momento de la concepción, se entreguen a los demás generosamente y se preocupen de los más desfavorecidos”, y así todo el año. Molina Navarrete hizo hincapié en que el cristiano “no puede quedarse en las palabras huecas, sino en los hechos, en la siembra, en el compartir, para que la humanidad mejore”. También hubo momento para la exaltación literaria, en prosa poética y verso, referida a todas y cada una de las cofradías de Jaén, profundizando en el mensaje evangélico que brota de cada uno de los pasos que las componen. El pregonero fue jugando con los colores de los trajes de estatutos, los templos parroquiales, las peculiaridades de cada una de ellas, las imágenes, expresando el sentir del pueblo, el ambiente, y también los sentimientos. A la hora de alabar a las cofradías jienenses, el ubetense expuso “todo lo mucho y bueno que también aportan las cofradías a la fe y a la sociedad en general”. En esta línea, hizo referencia “al gran trabajo que conllevan, los numerosos sacrificios y el sentimiento que engendran”. Igualmente, recorrió la historia de las cofradías, destacando que “han sido pioneras en democracia, ayuda social y religiosidad”, finalizando con un poema en el que expresó su sentimiento cofrade. Para concluir con su pregón, Molina pronunció una oración en forma de poema, en octosílabos, con los que pedía a Dios por Jaén y por todos los Cristos crucificados de hoy, así como por cuantos han estado otros años acompañándoles en los días de Semana Santa y ahora ya gozan de la paz eterna. Un poema “social” con el que hizo reflexionar a todos sobre “los muchos hombres y mujeres que sufren a nuestro lado y de los que necesariamente nos tenemos que preocupar”, terminaba. Un pregón contado desde el ‘nosotros’El poeta ubetense huyó de la narración de sus vivencias personales, para hablar a los cofrades desde el ‘nosotros’ en el Pregón de la Semana Santa de Jaén. En declaraciones a VIVA JAÉN, Ramón Molina explicaba que “a nadie le interesa lo que yo haya podido hacer de pequeño o cuando joven o, ahora, en plena madurez. De la vida de Jesús sabemos poco, lo que sabemos mucho es de su mensaje. Eso es lo importante”, decía. Arrancó más de un aplauso y el entusiasmo de los presentes y es que puso en el Pregón su vida entera, pasión y esperanza, y se muestra “muy feliz y satisfecho” del resultado. Con la fuerza poética que lo caracteriza, aseguraba que “la sociedad no debería dejar de mirar a través del cristal de la poesía. Con esas gafas todo nos iría mejor, sin duda”, explicaba. El próximo Domingo de Ramos acompañará a la Cofradía de la Santa Cena. “Estuve ahí la primera vez que procesionó, y desde entonces no he faltado al encuentro de mi Dios Eucaristía y mi Madre del Amor. Y ahí seguiré estando cada año”, dijo.

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